The visit of infinity
The visit of infinity
I woke up early, like every day, to go to work. When I tried to get up, something or someone was preventing me from getting up. I got scared and thought, “You’re still sleeping, you’ve got to wake up. I saw the ceiling of the bedroom, and my sight began to run through the pictures of the walls, the window, and… wait a minute! Beside the window there was a closet. I looked in that direction, but beside the window there was nothing. Everything was black. Half the room had become a black space, and the door had disappeared into that space. So even if I could get up, I couldn’t get out of the room, or so I thought, because at that moment I tried to get up and I succeeded. At the same time I observed that the black space was advancing, swallowing the room, until the remaining light was being reduced to a point. A strange point that did not stop shining. In the midst of the darkest darkness, the point of light came towards me, and I could hear his laughter. Surely he was amusing by my state of stupefaction. He kept advancing towards me, and at one point he swallowed me.
Within the point of light all was darkness, but it projected images of all universes and of all times. At that moment I woke up.
La visita del infinito
Me desperté temprano, como todos los días, para ir a trabajar. Cuando intenté incorporarme, algo o alguien me impedía levantarme. Me asusté y pensé “todavía estás durmiendo, tienes que espabilarte”. Veía el techo del dormitorio, y mi vista empezó a recorrer los cuadros de las paredes, la ventana, y … ¡un momento! Al lado de la ventana había un armario. Miré en aquella dirección, pero al lado de la ventana no había nada. Todo era negro. La mitad de la habitación se había convertido en un espacio negro, y la puerta había desaparecido en ese espacio. De manera que aunque pudiera levantarme, no podría salir de la habitación, o eso pensaba yo, porque en ese momento intenté incorporarme y lo logré. Al mismo tiempo observé que el espacio negro iba avanzando, tragándose la habitación, hasta reducir la luz a un punto. Un extraño punto que no dejaba de brillar. En medio de la más negra oscuridad, el punto de luz se dirigió hacia mí, y yo podía oír su risa. Seguramente le divertía mi estado de estupefacción. Siguió avanzando hacia mí y en un momento determinado me engulló.
Dentro del punto de luz todo era oscuridad, pero proyectaba imágenes de todo el universo y de todos los tiempos. En ese momento me desperté.